La victoria sobre Uruguay fue un alivio para Perú tras una racha de ocho partidos sin ganar en las Eliminatorias, pero la goleada 4-0 ante Brasil expuso de manera contundente las debilidades del equipo. Aunque era esperado perder frente al poderío del ‘Scratch’, el abultado marcador golpea fuerte a una selección que apenas está tratando de recuperar la confianza para pelear por un lugar en el Mundial. Esta derrota en el Estadio Mané Garrincha deja lecciones importantes que no pueden ignorarse si Perú quiere tener un mejor rendimiento en la doble fecha de noviembre y cerrar el 2024 con una perspectiva más optimista.
El replanteo
Jorge Fossati adoptó una estrategia más cautelosa para el partido contra Brasil, consciente de la superioridad futbolística del rival y el hecho de jugar de visitante. La lesión inesperada de Alex Valera en el calentamiento obligó a modificar el esquema ofensivo, reemplazándolo por Bryan Reyna en lugar de un delantero con características similares. Esto disminuyó la presencia física de Perú en el área brasileña, ya que no contaron con un jugador que pudiera generar presión sobre Marquinhos y Gabriel Magalhães.
Brasil tomó el control del balón rápidamente, buscando pases filtrados para crear oportunidades de gol. Ante esto, Fossati ajustó su esquema táctico, pasando de un 3-5-2 a un 5-4-1, con Edison Flores como única referencia en ataque. En el mediocampo, Wilder Cartagena y Jesús Castillo formaron un bloque defensivo, mientras que Sergio Peña y Bryan Reyna jugaron por las bandas. Este cambio permitió agrupar más jugadores en defensa, mejorando la solidez defensiva de Perú, mientras la línea de tres centrales se mostró firme despejando cualquier intento de peligro hacia Pedro Gallese.